Abogados y ciberseguridad frente a los nuevos desafíos de la tecnología digital
03/06/2025La profesión jurídica ha experimentado importantes transformaciones en los últimos años, impulsadas por el avance de la tecnología y el crecimiento de las actividades digitales. Los abogados no solo deben conocer el marco legal tradicional, sino también estar al tanto de normativas vinculadas al uso de datos, privacidad, inteligencia artificial y delitos informáticos. La relación entre derecho y tecnología se ha vuelto más estrecha, exigiendo una adaptación constante a nuevas herramientas y situaciones legales.
En este contexto, los abogados en Puerto de la Cruz Tenerife están incorporando conocimientos en derecho digital y tecnologías emergentes para responder a las nuevas necesidades de particulares, empresas y administraciones. Este perfil más especializado permite actuar en casos relacionados con suplantación de identidad, fraudes electrónicos, estafas en plataformas, vulneraciones de derechos de autor en internet, entre otros delitos cometidos a través de medios tecnológicos. A su vez, brindan asesoramiento preventivo para reducir riesgos y cumplir con las exigencias legales vigentes en el entorno online.
Uno de los principales retos que enfrentan los profesionales del derecho es la evolución constante de los delitos en el ciberespacio. Estas conductas delictivas incluyen el acceso no autorizado a sistemas informáticos, robo de información confidencial, ciberacoso, extorsión mediante ransomware y la distribución ilegal de contenidos protegidos. La persecución de estos delitos requiere no solo de una base legal sólida, sino también de conocimientos técnicos que permitan comprender cómo operan los atacantes y qué evidencias pueden ser utilizadas en los procesos judiciales.
En paralelo, la inteligencia artificial se ha integrado progresivamente en el ejercicio de la abogacía. Existen herramientas capaces de analizar contratos, revisar jurisprudencia y redactar documentos legales con gran precisión. Esto permite agilizar tareas repetitivas y concentrar los esfuerzos en estrategias jurídicas más complejas. No obstante, su uso también plantea interrogantes éticos y jurídicos, como la responsabilidad ante errores, el tratamiento automatizado de datos sensibles o la transparencia de los algoritmos utilizados.
El uso de plataformas online para trámites judiciales, audiencias virtuales y presentación de documentos es otra muestra de cómo la tecnología ha cambiado la rutina del sector. Este proceso, acelerado tras la pandemia, ha contribuido a optimizar tiempos y recursos, aunque también ha expuesto limitaciones en materia de acceso digital y seguridad de la información. “Por ello, la formación tecnológica y la inversión en infraestructura son hoy aspectos clave para el funcionamiento adecuado de los sistemas judiciales”, comentan desde el Despacho de Abogados Florián de Tomás.
Además de enfrentar casos concretos, muchos abogados están desempeñando un rol activo en la regulación de nuevas tecnologías. Su participación es relevante en la elaboración de normativas sobre protección de datos personales, comercio electrónico, uso de drones, desarrollo de software y contenidos digitales. El enfoque legal permite establecer límites y garantías para que estas tecnologías se utilicen de forma responsable y conforme a los derechos fundamentales.
El aumento de la digitalización también ha favorecido nuevas formas de atención jurídica. Muchos despachos han implementado servicios online para consultas, asesorías y gestiones administrativas. Esto amplía el alcance de sus servicios y facilita el acceso al derecho, especialmente para quienes no pueden trasladarse físicamente a una oficina. La cercanía con el cliente, combinada con el uso eficiente de herramientas en línea, se ha convertido en un valor diferencial para los estudios jurídicos actuales.
La abogacía contemporánea requiere una actualización constante para abordar los desafíos que surgen con el desarrollo tecnológico. Adaptarse a los cambios, incorporar nuevas competencias y mantener el compromiso con los principios éticos del derecho sigue siendo esencial. Esta combinación de saber técnico y visión jurídica abre nuevas oportunidades para brindar soluciones sólidas y actualizadas ante los conflictos legales de la era digital.