Cómo comprar un coche eléctrico, ¿nuevo o de segunda mano?
27/09/2021Claudius Lüder (dpa)
Los coches eléctricos continúan ganando terreno, y las matriculaciones de vehículos nuevos aumentan año tras año. En la misma medida crece la oferta en el mercado de coches usados.
«En los últimos doce meses, la cantidad de coches eléctricos ofrecidos en la plataforma ha aumentado más del 100 por ciento», afirma Pierre Du Bois, de la plataforma alemana de compraventa de coches usados mobile.de.
El experto señala que, en la actualidad, hay en oferta alrededor de 19.500 coches eléctricos puros usados, y añade que, en comparación con enero de 2017, se trata de un aumento de más del 500 por ciento.
También han repuntado los precios de oferta de los usados: «El precio medio en los anuncios ha aumentado un 17,5 por ciento desde enero de 2017, y, en comparación con 2020, hemos observado otro ligero aumento de precios del 1,3 por ciento», indica Du Bois.
Sin embargo, en lo que respecta a los precios reales de venta, los coches eléctricos de segunda mano están pasando por un mal momento. «La prolongación de las generosas subvenciones para los coches eléctricos está provocando una gran distorsión en el mercado. Los precios de los coches eléctricos jóvenes de segunda mano están casi al nivel de un coche nuevo subvencionado», afirma Holger Ippen, de la revista especializada alemana «Auto Zeitung».
«Las elevadas subvenciones actualmente en vigor están provocando un cambio en la estructura de precios, especialmente en el caso de los coches eléctricos más pequeños y, por lo tanto, más asequibles, lo que supone una desventaja adicional para los vehículos que ya están en el mercado», afirma Martin Weiss, de Deutsche Automobil Treuhand (DAT), empresa alemana de tasación de vehículos.
Un análisis de la DAT confirma el descenso de los precios. Según este, el valor residual de un coche eléctrico de tres años es actualmente de solo el 50,7 por ciento del precio de uno nuevo, mientras que los coches diésel y de gasolina continúan estables, con un 53,1 y un 55,8 por ciento respectivamente.
Weiss aconseja a los propietarios que quieran vender sus coches eléctricos que, en caso de duda, conserven su vehículo por un tiempo más, o bien lo cambien por un coche nuevo subvencionado.
Otra razón por la que los coches eléctricos más antiguos son difíciles de vender tiene que ver con la tecnología. «El desarrollo técnico avanza a gran velocidad, especialmente en el caso de los coches eléctricos», afirma Stefan Bratzel, del instituto alemán CAM, dedicado a estudios de mercado en el sector automotor.
Según Bratzel, esto se aplica sobre todo a la tecnología de baterías y de carga, ya que, por ejemplo, a menudo se tarda mucho más en cargar la batería en los modelos más antiguos. El experto recomienda a futuros compradores asegurarse de que un vehículo pueda cargarse en varias fases y, si es posible, de que tenga también una opción de carga rápida.
Como ejemplo, Bratzel cita el primer Jaguar I-Pace, que estaba equipado con una gran batería de 90 kW, pero solo podía cargarse hasta un máximo de 7 kW en el punto de recarga domiciliario. Por ello, añade, es importante informarse con suficiente antelación sobre el modelo de vehículo deseado.
La batería se considera el corazón de un coche eléctrico. En este sentido, Bratzel no ve nada que desfavorezca a los vehículos eléctricos usados en general, y explica que la ventaja es que muchos fabricantes ofrecen para la batería generosas garantías de hasta ocho años.
«De esta manera, durante este periodo, el comprador está asegurado y tiene el derecho de exigir que la batería siga alcanzando la capacidad mínima prometida», señala el experto del CAM. Otros componentes, como los motores eléctricos, son muy robustos y tienen una larga vida útil, añade Brazel: «En general, un coche eléctrico es un vehículo con componentes fáciles de mantener».
Sin embargo, la autonomía depende de la capacidad de la batería. Según Holger Ippen, los posibles compradores tendrán que hacer concesiones, especialmente en el caso de los coches eléctricos más antiguos: «La vida útil de una batería es significativamente menor que la de un motor de combustión interna. Un motor de gasolina o diésel está diseñado para durar al menos 250.000 km, mientras que los fabricantes calculan que la batería de un coche eléctrico dura unos 150.000 km».
Ippen explica que este es aproximadamente el kilometraje en el que se basan las promesas de garantía para la capacidad residual calculada en un 80-85 por ciento. «Si, por ejemplo, se está pensando en comprar un Smart usado, que tiene una autonomía de 130 kilómetros con una batería nueva, habrá que contar en el usado con una autonomía inferior a los 100 kilómetros, e incluso menos en invierno», asevera Ippen, y añade que la situación empeora si no se dispone de opciones de recarga adecuadas.
De hecho, la autonomía y la red de recarga desempeñan uno de los papeles más importantes cuando se trata de coches eléctricos. Así lo demuestra también una encuesta realizada por mobile.de a principios de año.
«Ni siquiera el dos por ciento de los encuestados considera que la autonomía media actual de los coches eléctricos es suficiente», afirma Pierre Du Bois, y puntualiza que, en consecuencia, para un 58 por ciento de los entrevistados la autonomía es el aspecto más importante de un coche eléctrico.
Al mismo tiempo, prosigue, más del 60 por ciento está convencido de que los coches eléctricos podrán recorrer más kilómetros en el futuro y que los tiempos de carga serán más cortos, lo que favorecería la decisión a favor de un eléctrico a la hora de adquirir un nuevo vehículo.
Martin Weiss, por su parte, aconseja no ser tan receloso en cuanto a la duración de las baterías: «Tras el escepticismo inicial, la práctica ha demostrado que las baterías son muy robustas cuando se manejan adecuadamente, y que los temores sobre su rápido deterioro resultan infundados». Weiß añade que, en uso normal, la capacidad de las baterías disminuye muy lentamente, y que solo los procesos de carga y descarga muy rápidos ponen a prueba la batería.
Aquellos interesados en comprar vehículos eléctricos más pequeños se benefician particularmente de la situación actual del mercado. «Este es el caso, por ejemplo, de modelos como el Renault Zoe, el BMW i3 y el Nissan Leaf», enumera Weiss, y añade que, además, se trata de vehículos que se han desarrollado considerablemente en los últimos años y que están equipados con motores y baterías más potentes.
Según Ippen, los coches pequeños como el Renault Zoe o el Nissan Leaf son interesantes por el hecho de que el cliente alquila la batería: «En este caso, el propietario se encuentra en una situación cómoda, ya que la responsabilidad de la batería es del fabricante. Si la batería se debilita demasiado, hay que cambiarla».
En general, el todavía joven mercado de los coches eléctricos de segunda mano se ha desarrollado hasta tal punto que los cazadores de gangas siempre encontrarán algo. «Pero solo aquellos que acepten la pérdida de autonomía de una batería antigua y, por ejemplo, tengan también la opción de cargarla en casa, pueden actualmente incorporarse a la movilidad eléctrica por poco dinero», puntualiza Ippen.