A mi los Nobel me cabrean

A mi los Nobel me cabrean

14/10/2016 Desactivado Por 49K Noticias

Año tras año, desde que tengo uso de razón, los Nobel suecos son un despropósito. Da igual cuánto lo pienses, los suecos no dan una. Yo creo que antes de decidirse a emitir su voto, pasan por el Barrio Rojo de Ámsterdam o algo parecido. Quizá tienen quien les suministre alimentos caducados. El caso es que, se mire por donde se mire, cuerdos, lo que son cuerdos, no son.

Lanzaron el de la Paz al Presidente colombiano por el proceso de paz de las FARC y bueno, demasiados matices detrás como para estar de acuerdo con él cuando hay otros grandes conflictos y hombres de paz por el mundo que buscan lo mismo sin publicidad. Vale, tiendo al patriotismo pero ¡El Padre Ángel por favor! Y mira que una de religiosa, más bien anda escasa.

Pero el que me ha tocado el higadillo profundo, a niveles de enzima es el de Literatura. ¿Dylan? ¿En serio? ¡Venga, venga! Yo me imagino las valoraciones y votaciones con uno de los miembros tarareando like a rolling stone en plan subliminal. Y así, a lo tonto, a todos se les metió en la cabeza que era el mejor poeta del mundo pero que, era tan deprimente, que o lo cantaba o le tiraban esas stones.

¡Que es cantante! Que Joan Manuel Serrat o incluso Ismael Serrano también son cantautores. Incluso Ed Sheeran, que por cierto suena bastante mejor. Vale, reconozco que no soy muy de Dylan, a mi me van más los conciertos de Springsteen (ese sí que es un Boss de verdad, con casi cuatro horas de directo en el que no paras de mover el culo y mira que no es precisamente uno de los más rítmicos para eso). No soy tan progre ni tan cool para que Dylan me suene bien. De hecho, creo que no he llegado a escuchar una canción suya entera porque me aburre soberanamente.

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Es que puestos a eso, si quieren acercarse al gran público y no darle el Nobel a un escritor que ni la madre que lo parió le conoce – ejemplos durante los últimos años hay demasiados – que se lo den a un compositor de éxito entre el público más joven, alguien como Sheeran o Styles – qué mono va este chico siempre -, que así acercan a las más jóvenes (seamos realistas, las que en el fondo podrían consumir literatura en masa, y sino que miren lo que se gastan en sus conciertos) y les abren el fascinante mundo del libro.

Pero, independientemente de eso, ¡que es cantante! No poeta, no escritor ¡cantante! Y sí, estoy indignada, todo lo indignada que puede estar una postadolescente que ha seguido alguna que otra boyband. Palabrita de rubia.